23 de julio de 2021
Gombessa 6 Cap Corse. De vuelta a la superficie en Mónaco
Regreso a la superficie en Mónaco el 20 de julio de 2021
Tras 20 días de misión para desentrañar el misterio de los anillos coralogénicos de Cap Corse, la flotilla de la misión Gombessa 6, compuesta por el buque de apoyo y asistencia Pionnier, el catamarán Victoria IV y la barcaza del Institut National de la Plongée Professionnelle (INPP), llegó al puerto de Mónaco a última hora del lunes 19 de julio.
El final de la misión en suelo monegasco marcó la culminación de una larga colaboración con el Principado.
La Fundación Príncipe Alberto II de Mónaco y la Société des Explorations de Mónaco fueron los principales socios de las dos últimas expediciones Gombessa 5 y 6.
Los cuatro acuanautas: Laurent Ballesta, Antonin Guilbert, Thibaut Rauby y Roberto Rinaldi, abandonaron la estación batimétrica al día siguiente, martes 20 de julio, a las 18:00 horas, tras completar su ciclo de descompresión.
La salida de los acuanautas
Los cuatro exploradores de aguas profundas fueron recibidos a su salida por S.E. el Sr. Pierre Dartout, Ministro de Estado del Principado, S.E. el Sr. Bernard Fautrier, Consejero Especial de S.A.S. el Príncipe Soberano para cuestiones medioambientales, el Sr. Olivier Wenden, Vicepresidente de la Fundación Príncipe Alberto II de Mónaco, el Sr. Robert Calcagno, Director General de la Sociedad de Exploraciones de Mónaco y el Sr. Gilles Bessero, Director de la Sociedad de Exploraciones de Mónaco.
Primeras impresiones
Los cuatro acuanautas dieron sus primeras impresiones en una rueda de prensa poco antes de abandonar la «estación batial «.
La expedición Gombessa 6 se completó con éxito en cuanto a operaciones científicas y captación de imágenes, a pesar de la caprichosa meteorología.
Rueda de prensa en directo desde la estación batimétrica. 20 de julio de 2021, 17.00 h, Mónaco© Didier Théron. Exploraciones en Mónaco
Nuestra primera satisfacción fue haberlo conseguido.
Pudimos tomar muestras de núcleo de roca, a veces de más de un metro de profundidad, en el corazón de los anillos.
Fue una operación científica complicada que no habíamos podido probar antes, pero funcionó... En primer lugar, tendremos que analizar toda nuestra investigación científica, luego también traeremos muchas imágenes que nos permitirán hacer una película, un libro y proporcionar material para conferencias.
Nos hemos acercado a nuevos horizontes que no habíamos imaginado y nos ha dado ganas de ir más lejos.
Hemos alcanzado nuestros objetivos y eso es maravilloso.
Todo fue bien, no hubo ansiedad, siempre son los últimos minutos los que parecen interminables.
Nos sumergimos en una llanura con extensiones hasta donde alcanzaba la vista, que nos asombró, y vimos una diversidad increíble.
Lo excepcional fue descubrir lugares a los que no estábamos acostumbrados.
Antes de que empezara la expedición, me preocupaba que pasar 20 días alrededor de un fondo arenoso se convirtiera rápidamente en algo agotador.
Pero descubrimos una biodiversidad increíble.
Fue una sorpresa muy agradable.
Tiempo ventoso
Doce inmersiones profundas a profundidades de entre 115 y 140 metros en 16 días: un ritmo intenso para los cuatro acuanautas, a pesar de los vientos a menudo violentos del noreste de Cap Corse a los que tuvo que enfrentarse la flotilla Gombessa 6.
Estas difíciles condiciones del mar hicieron que el manejo de la torreta de inmersión fuera especialmente complicado en ocasiones, ya que había que bajarla y subirla a la barcaza para cada inmersión.
Tanto más destacable por su proeza técnica.
Seguimiento de la misión
Se completaron con éxito todos los protocolos científicos previstos durante la misión, establecida con 35 científicos franceses y extranjeros: extracción de núcleos de dos anillos coralígenos centrales, instalación y recuperación de un correntímetro Doppler e hidrófonos, reconstrucción 3D (mediante fotogrametría) de 4 anillos, muestreo de agua y sedimentos, detección de especies poco conocidas, toma de imágenes, etc. En septiembre se presentará una primera serie de resultados.
Las muestras de ADN y la modelización 3D arrojarán pronto más luz sobre el origen de los anillos coralígenos, su funcionamiento y su edad.
