Aprovechando su participación en la Conferencia Internacional Nuestro Océano en Bali (Indonesia), el Príncipe Alberto II viajó a la pequeña isla de Badu, en Australia, para sumergirse en la cultura de los isleños del Estrecho de Torres.
S.A.S. el Príncipe Alberto II, conocido por sus esfuerzos para hacer frente al cambio climático y su compromiso con la protección del medio ambiente marino, respondió a la invitación del artista y activista indígena del Estrecho de Torres Alick Tipoti para descubrir el Estrecho de Torres e interactuar con la comunidad.
Ambos se conocieron en una exposición en Mónaco en abril de 2016, donde el Sr. Tipoti era uno de los artistas destacados de la exposición «Taba Naba – Australia, Oceanía, Artes de los Pueblos del Mar», organizada en el Museo Oceanográfico.
Aunque viven a mundos de distancia, Alick Tipoti y S.A.S. el Príncipe Alberto II comparten una profunda preocupación por el medio ambiente y se han unido para ayudar a proteger los océanos del mundo. S.A.S. el Príncipe Alberto II debatió con los ancianos la relación entre el pueblo badulgul y el mar y escuchó los retos a los que se enfrentan comunidades remotas como la isla de Badu, entre ellos la subida del nivel del mar, la contaminación por plásticos en el océano y la plaga de las «redes fantasma», redes de deriva para la pesca abandonadas o desechadas que son las asesinas invisibles de grandes criaturas marinas como tortugas, dugongos, delfines y tiburones.
Durante tres días se abrió un diálogo entre las dos culturas, impulsado por un interrogante: ¿cómo estas sociedades distantes que viven en una isla de tamaño y recursos limitados, han aplicado de forma natural durante milenios un modo de vida sostenible, mientras que el mundo occidental sigue corriendo detrás de él?
La interdependencia de esta comunidad con su entorno (la naturaleza les mantiene y ellos se esfuerzan por mantenerla a cambio), su forma de explotar los recursos, sus conocimientos y su práctica del mundo marino son fuentes de inspiración para nuestras sociedades modernas y occidentales, así como para el mensaje transmitido por S.A.S. el Príncipe a las más altas autoridades.
Con esta misión, las Exploraciones de Mónaco demuestran que no sólo se interesan por las especies marinas y la salud del océano, sino también por la compleja y diversa relación entre el ser humano y el medio marino.