Voces del Océano Índico

Voces del Océano Índico, por Elise Rigot. Episodios n°1 a n°5

  A lo largo de todo el recorrido de la misión Exploraciones Mónaco 2022 en el océano Índico, la artista visual Elise Rigot utiliza el sonido para documentar el avance de la expedición: científicos en acción, sonidos de animales o entornos naturales, historias ; a través de cada personaje, las voces del océano Índico dan testimonio de una cultura, de un patrimonio, pero también de esta búsqueda de descubrimiento, conocimiento y verdad.

 Voces de apego, que narra la relación que las personas de esta misión tienen y experimentan a diario con el Océano Índico. El podcast se hace eco de estas voces, entretejiendo relatos científicos, historias de vida y los sonidos de la atmósfera de esta travesía tan especial.  

Voces del Océano Índico

Episodio n°1: Sirena

En este clip de audio, doy la voz a Véronique Mireille Banane, científica de la Fundación de las Islas Seychelles.
Nos cuenta una historia familiar que le contó su abuela cuando era niña.
Las grabaciones que acompañan a este extracto se filmaron en el atolón de Aldabra, que Mireille conoce bien y con el que tiene un profundo apego.

Elise Rigot

Voces del Océano Índico

Episodio n°2: Tortugas marinas

En este bocado sonoro, echo un vistazo a los sonidos de los humanos que estudian las tortugas marinas.
Jérôme Bourjea es investigador en el Institut Français de Recherche pour l’Exploitation de la Mer (Instituto Francés de Investigación para la Explotación del Mar) en Sète, después de trabajar durante mucho tiempo en la isla de la Reunión, donde pasó la mayor parte de su carrera.
Pude seguir a Jérôme Bourjea, Quentin Schull y Stéphane Ciccione hasta el atolón de Aldabra, donde grabé los paisajes sonoros nocturnos de la puesta de huevos de tortuga marina.
Esto es lo que quiero que descubras.
Eso, y el apego emocional de los científicos a sus sujetos.

Elise Rigot

Voces del Océano Índico

Episodios n°3, 4 y 5: Aldabra

Hay una isla perdida en medio del Océano Índico.
Aquí es donde empezó todo, donde una serie de simbiosis y ensamblajes de todo tipo, digestión y secreción, han producido las más diversas formas de vida.
Hace cientos de millones de años, los animales marinos capturaron partículas minerales en el océano, las ingirieron y digirieron y, finalmente, segregaron los primeros esqueletos de nuestro planeta.
Mediante este proceso de bio-mineralización, los arrecifes surgieron del suelo de nuestros océanos y continuaron su lento proceso durante millones de años.
Bajo el peso de su construcción, se hundieron en el agua, mezclándose con la arena y el sol, endureciendo su fuerza y congelándolos para la eternidad.
Había nacido el atolón.
Una acreción de coral, quemado por el sol, se petrificó con la arena, formando inmensos montículos de resonancia metálica.
Aldabra.

Hay piqueros de patas rojas, bobos, tiburones de puntas negras, tiburones limón, arrecifes de coral susurrantes, tortugas prehistóricas y el océano hasta donde alcanza la vista.

Para los que están lejos, sólo puede tratarse de un trozo de tierra.
Una zona que sólo vagamente sabemos que forma parte de nuestro patrimonio común, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde 1982, y cuya conservación ha llevado casi 15 años.

Sin embargo, Aldabra no es sólo una cuestión militar o científica, Aldabra es un símbolo: el símbolo de las Seychelles, donde existe una isla preservada de la actividad humana y donde cada noche las tortugas marinas suben a las laderas de las costas para desovar.

Sin embargo, esta isla, que dicen que es prístina, ha visto ratas, gatos y al menos 500 toneladas de plástico arrastradas a sus costas.
Ha visto cabras y la explotación intensiva de sus especies de tortugas.
En la actualidad, una docena de personas viven en Aldabra y trabajan para proteger la isla, gestionada por la Fundación de las Islas Seychelle.

Estos pocos sonidos nos sumergen en esta isla, sus manglares, sus puertos, sus playas en el momento de los primeros y los últimos rayos de luz.

Elise Rigot